La vinculación es esencial para determinar el contexto en el que madurarán todos los sistemas de acción, tales como la exploración del entorno (incluidos trabajo y estudios), la reproducción y la sexualidad, los cuidados (especialmente influye en la crianza de los hijos), el juego y la gestión de la energía (dormir, comer y gasto energético).
Si el apego se ve tempranamente alterado, puede provocar un funcionamiento desadaptativo debido a que los sistemas de acción más esenciales anteriormente mencionados; no funcionan bien.
Es por ello, crucial, establecer unas relaciones de apego óptimas y de calidad, pues ayudará a las personas a regular tanto su fisiología, como sus emociones, otorgando así, una estabilidad interior y relacional fundamental.